Es un enfermedad de origen genético que afecta directamente en los pulmones provocando la acumulación de mucosidad espesa y pegajosa en ella. También afecta al intestino, hígado y páncreas.
Las personas con fibrosis quística sufren deterioros progresivos y crónicos en la función pulmonar con síntomas de incremento de tos y sensación de falta de aire al realizar actividad física.
Esta demostrado que el ejercicio físico ayuda a la secreción de la mucosidad, reduce la sensación de falta de aire, mejora la función pulmonar y la capacidad de aumentar una vida más activa, por lo tanto ayudar a mejorar la calidad de vida.
Antes de diseñar un programa de ejercicio físico es totalmente necesario realizar una prueba de esfuerzo submáxima en un tapiz rodante o una bicicleta estática para valorar la respuesta pulmonar al ejercicio físico.
La intensidad del ejercicio dependerá de la gravedad sintomatológica de la enfermedad. En el diseño del programa de ejercicio físico se debe combinar el trabajo aeróbico y de fuerza teniendo en cuenta las preferencias de cada persona y la edad, con el objetivo de adherir el ejercicio físico en la actividades cotidianas.
El entrenamiento de fuerza mejora el incremento de masa muscular, que es debilitada por los déficits nutricionales, inflamación de las vías respiratorias y medicamentos. También ayuda a aumentar la fuerza de la musculatura respiratoria, aunque se debe tener especial atención la correcta prescripción en los niños para no producir fracturas en el cartílago de crecimiento.
Fuentes:
- Manual para personas con Fibrosis Quística y sus familias (pdf). Respiralia.org.
- Health-related quality of life of Spanish children with cystic fibrosis
- Van Doorn; Exercise programs for children with cystic fibrosis: a systematic review of randomized controlled trials. Database of Abstracts of Reviews of Effects (DARE): Quality-assessed Reviews.