Cuando queremos alcanzar nuestros objetivos, el organismo ha
de adaptarse al entrenamiento y progresivamente aumentar la intensidad para no sufrir un apalancamiento del rendimiento. Para
que el estímulo cree una adaptación se ha de tener en cuenta la ley del umbral
que a continuación te detallo.

La ley del umbral  dice que el estímulo generado durante cada
entrenamiento debe superar un umbral de intensidad para poder desencadenar una
respuesta de adaptación. Cada persona dependiendo su
condición física tendrá su propio umbral de intensidad. Esta ley se fundamenta en la regla de Shultz-Arnold que
diferencia entre:

• Estímulos inferiores al umbral: no tienen
  efecto.

• Estímulos superiores al umbral:

• Débiles: mantienen el nivel funcional.

• Óptimo: Estimulo fuerte que desarrolla el nivel funcional.

• Excesivo: Estimulo demasiado fuerte que produce daños funcionales.

 Por lo tanto, el
estimulo de entrenamiento debe ser adaptado a cada persona según su condición
física siendo superior al umbral para poder generar una adaptación pero sin sobrepasar la zona máxima de tolerancia para evitar lesiones o sobre entrenamiento.

  Con la mejora del
rendimiento físico el umbral de intensidad aumenta, por lo tanto los estímulos
que en un principio eran óptimos han de aumentar para que continúen produciendo
adaptaciones funcionales, teniendo en cuenta el principio de la progresión de las cargas de entrenamiento.

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